El incremento del IPC a su máximo de cuatro años se debe, en gran medida, al repunte de la energía y los combustibles. Pero, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en España no existe, al menos por ahora, temor a un proceso inflacionista.
El incremento del IPC a su máximo de cuatro años se debe, en gran medida, al repunte de la energía y los combustibles. Pero, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en España no existe, al menos por ahora, temor a un proceso inflacionista.