El PIB estadounidense del tercer trimestre se revisó al alza, hasta el 5,2% intertrimestral anual, y la primera tanda de datos del cuarto trimestre sigue siendo coherente con un escenario de aterrizaje suave. La creación de empleo se ralentizó en octubre a 150.000 empleos, y el aumento del desempleo al 3,9% se debió totalmente al repunte de la participación laboral, que en el tramo de edad de 25 a 64 años está incluso por encima del máximo anterior a la pandemia.
Las altas tasas siguen lastrando la industria manufacturera, pero los pedidos se mantienen y las encuestas empresariales indican que la actividad ha tocado fondo en niveles bastante bajos. Aunque hemos descartado una recesión, creemos que la restricción monetaria y la atonía de los ingresos comprimirán el crecimiento hasta situarlo ligeramente por encima del 0% en el primer semestre. Pero la acumulación de mano de obra limitará la destrucción de empleo y la tasa de paro debería situarse por debajo del 4,5%.
Los datos del IPC de octubre sorprendieron a la baja: la inflación general bajó al 3,2% interanual y la subyacente al 4% interanual. Los alquileres siguen bajando, pero la fuerte demanda seguirá apoyando el resto de la inflación de los servicios. En consecuencia, prevemos que la inflación subyacente del IPC se mantenga en el 2,5% interanual a finales del próximo año.