Antonio Castelo
Las criptodivisas son productos muy volátiles donde puede resultar complejo calcular su valor en un momento concreto, tal y como explica el analista
Si han seguido estos últimos días los medios económicos habrán percibido que los inversores en criptodivisas en general y del bitcoin en particular están muy felices. ¿La razón? La aprobación de los primeros ETFs o fondos cotizados en bitcoin en Estados Unidos, aunque en realidad su denominación oficial es ETP (Exchange Traded Product).
Dos son las razones principales que argumentan:
La primera es que llegarán cantidades ingentes de inversión por parte de inversores institucionales.
La segunda es que por fin las autoridades financieras tradicionales contemplan el bitcoin como un activo ‘serio’; mientras creen que dicha aprobación -de estos instrumentos de inversión colectiva en criptodivisas- va a darles el prestigio que se merecen después de una larga travesía del desierto…
Aunque un miembro de la SEC, Gary Gensler, ha dicho que «si bien hoy aprobamos la cotización y comercialización de ciertos ETFs de bitcoin, no aprobamos ni respaldamos a bitcoin y los inversores deben permanecer cautelosos ante los innumerables riesgos asociados con estas monedas virtuales y productos, cuyo valor está vinculado a las criptomonedas».