Una tasa de desempleo que duplica de forma estructural la de la Unión Europea (UE) desde hace décadas y un gasto público en aumento. Son dos de los principales desafíos a los que se enfrenta la economía española, que tardó tres años y medio en recuperar el nivel de PIB previo a la pandemia del Covid-19, más del doble que la media de los países de la Unión Europea. Sólo Alemania y la República Checa emplearon más tiempo.
Y es que la crisis sanitaria sin precedentes provocada por el coronavirus fue el primero de una serie de acontecimientos extraordinarios que han pasado factura a la economía de la mayoría de los países en los últimos años. Después se sumó una galopante inflación, la guerra entre Rusia y Ucrania que afectó a los mercados energéticos y de materias primas, y el fulminante ciclo alcista de los tipos de interés.