Susto o muerte. Fue el trance por el que pasó a finales de 2020 el Banco Sabadell, cuando trascendió que había comenzado los contactos con el BBVA para estudiar la que habría sido la última gran fusión de la banca española tras la protagonizada por CaixaBank y Bankia. Pero tan rápido como comenzaron los contactos, terminaron. Concretamente, diez días después de anunciarlos, a finales de noviembre. Poco después llegaba César González-Bueno como consejero delegado, para tomar el relevo de Jaime Guardiola, quien había liderado la travesía en el desierto de los últimos años.