El inicio del segundo semestre del año continua con la tendencia positiva que ha caracterizado a los mercados financieros en 2024. Los datos macroeconómicos (especialmente el empleo) sugieren que la actividad económica se está ralentizando en Estados Unidos pero que no dará paso a una recesión, y es eso lo que mantiene el tono positivo entre los inversores, ya que se anticipan a las bajadas de tipos de interés que realizarán los bancos centrales. El S&P 500 cerró en los 5.567,19 puntos con un +1,95% de ganancia semanal, nuevamente en máximos históricos, donde las subidas las volvieron a liderar los valores tecnológicos. Reflejo de esto es la subida del +3,60% del Nasdaq 100. En Europa las alzas fueron más moderadas, con unos mercados que se mantenían a la expectativa sobre el resultado electoral en Francia, con lo que el Euro Stoxx 50 cerraba anotándose una subida del +1,74% y el Ibex 35 del +0,72%.
La reacción de los inversores de renta fija fue idéntica a la de la renta variable, es decir, esa mayor visibilidad sobre la potencial bajada de tipos por parte de la Fed animó el mercado de bonos con compras que dieron como resultado que el Treasury a 10 años cediera 11 puntos básicos hasta el 4,28%, con un bono español que lo hacía de manera muy parecida bajando su rentabilidad en 9 puntos básicos hasta el 3,32%. En Alemania, el Bund veía como aumentaba su rentabilidad hasta el 2,55%, mientras el ruido generado en Francia con las elecciones y el resultado de la primera vuelta, propiciaba cierto movimiento defensivo entre los inversores.