El sector aéreo es uno de los más expuestos a la escalada en el precio del petróleo. Cualquier variación por pequeña que sea tiene un impacto notable en la cuenta de resultados de de las compañías aérea, para las que el combustible representa entre el 15% y el 35% de su base de costes general. Para las veinte principales aerolíneas europeas, ese coste supone de media nada menos que el 25%.
En el contexto actual, con el petróleo tocando los 130 dólares el barril de Brent desde la invasión rusa de Ucrania y sin haber recuperado todavía los niveles de actividad previos a la pandemia, muchas compañías se han visto obligadas a subir el precio de los billetes y revisar a la baja sus previsiones económicas con la esperanza de que el conflicto bélico no se alargue.